En toda democracia la labor del legisladores es esencial. El gran Jean-Jacques Rousseau en su magistral obra Contrato Social dice: “No subsiste el estado por las leyes, sino por el poder legislativo”.
En nuestro país, las atribuciones del legislador están bastantes claras en el artículo 93 de la Constitución de la República.
Hago éste introito, para hacer referencia a la intervención en la cámara de la diputada Ydania Doñé Tiburcio, donde expuso, que ella y varios compañeros diputados fueron expulsados de la oficina del ministro de Educación. Según ella, el ministro Ángel Hernández les dijo: “salgan de mi oficina, que aquí las reglas las pongo yo”.
Al ver un video, que hizo público el ministerio, se nota que la diputada le falta a la verdad. Que dió su versión y que los hechos, en parte no se corresponden. Si bien es cierto, como dice el diputado Nolberto Ortiz (quién ha sido gremialista de la ADP y ha presidido ese gremio en la Provincia Monseñor Nuel) de que son el primer poder del Estado, pero ese poder tiene límites. Lo prudente era que invitaran al ministro a la cámara y allí la comisión aborladarlo sobre los temas educativos, eso era lo sensato, no ir al ministerio con equipo de prensa y demás. Así queda evidenciado, lo que siempre hemos dichos, ese Congreso debe ser de transición, muchos de los que ocupan una curul no nos pueden seguir representando.
Al final, me hago las siguientes preguntas: ¿Cuál ha sido la posición de los diputados ante la falta de aulas y butacas para el inicio del año escolar? ¿Cuáles han sido las leyes que han aprobado recientemente para mejorar la calidad de aprendizaje? ¿Por qué hacer una cita para visita de cortesía y luego aparecer con una comisión? ¿Por qué insistir en grabar, cuando es un derecho que le asiste al dueño de casa? ¿Cuál sería el verdadero objetivo de esa visita?
¡Gracias por leerme!
Es mi opinión, respeto la suya.
Henry Torres Severino